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miércoles, 8 de marzo de 2017

ESPERANDO EL COCINOL POR JAIME ARISTIZABAL CORREA PARTE III

Aparecerieron entonces estufas de gasolina y kerosene. Las estufas de gasolina eran supremamente peligrosas. Muchas veces estallaban y producían incendios o simplemente quemaban a todos los que estaban preparando los alimentos. Las estufas de kerosene eran muy lentas para cocinar y producían  un humero asfixiante, dejaban negras las ollas y hacían arder los ojos. De los depósitos de carbón pasamos a los depósitos de kerosene y de gasolina.
Luego aparecen las estufas eléctricas. Y así desaparecen toda clase de depósitos abastecedores del combustible para las estufas.
FIN DE LA TERCERA PARTE.

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